Por ejemplo que el pasado sábado fuimos a comer mi mujer y yo a l'Ampolla (una ciudad costera que está a unos 20 km de Tortosa). Estuvimos sentados en una terraza al lado del mar el día era perfecto con un sol espléndido y una temperatura fabulosa, la comida fue sencilla, unos mejillones al vapor, unas navajas y una fideà pero estar allí era todo un privilegio, un placer enorme tenía todo lo que necesitaba principalmente a mi mujer a Pili el mar y el sol (sólo faltaban mis hijos Joan y Núria). Me sentía feliz a pesar de no poder moverme y depender totalmente de Pili para comer, estaba totalmente ajeno a mi enfermedad.
Es posible que este cambio de ánimo sea debido al cambio de que estación. Si es así bienvenida la primavera. El día a día continúa siendo difícil pero esta de esta forma es más fácil de convivir con la enfermedad.